sábado, 19 de febrero de 2011

RESEÑA HISTORICA

                                       Historia de la comunidad
 
  Ortiz estaba en la entrada de los llanos de la vieja Provincia de Caracas. Fue fundado a fines del siglo XVII, con su iglesia de Santa Rosa de Lima, como las poblaciones vecinas de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora del Sombrero y Santa Catalina de Sena, de Parapara. Era un camino de ganados que iba desde Calabozo y desde Tiznados, desde los ilimitados hatos hasta la entrada de los Valles De Aragua por la Villa de San Luis de Cura. Eran como los puestos avanzados en que la gente del centro se acercaba a la llanura.
                                                
Cuando en 1780 o visitó el obispo Martí dependía del remoto Vicariato de San Sebastián; estaba por decirlo así, puesto en el ámbito espiritual de Aragua y no en el de Calabozo.

Estos pueblos salieron del ganado y de las misiones como en una lenta penetración de la llanura, demasiado abierta y basta. Era San Sebastián su centro. De  allí salen Parapara, Ortiz, el sombrero y Calabozo. Los capuchinos los fundan con su iglesia de paja y su santísimo expuesto todo el día para ir haciendo pie en las inasibles sabanas del indio.

Fueron pueblos que crecieron lentamente con el aumento de los rebaños. No perdían de vista las montañas del centro, pero por un ancho arco del horizonte sentían abrirse la presencia de la llanura.

El municipio Ortiz fue fundado el 04 de febrero de 1989, según la Ley de Creación del Estado Nro 22, aprobado el 30 de marzo 1993 y publicado el 16 de septiembre de 1993.

En la plaza de Ortiz aun hay una vieja casa. Por entre la sombra oscura y los troncos renegridos de los samanes se alza su fachada lavada por el sol. Tiene dos airosas plantas, balcones y ventanas. La ancha portada esta inscrita dentro de una gran graciosa Oria aguda que recuerda una ojiva. En la fachada amarilla y rosa se abren las grandes ventanas y los balcones saledizos. La vieja puerta de gruesos clavos permanece cerrada.

A la  entrada de Ortiz  hay grandes casas todavía más muertas. Han caído los techos, ha desaparecido las ventanas y las puertas. Se mira el cielo  por el hueco de los balcones. La tapia se ha desnudado de su revestimiento y asoma su oscuro tinte rojizo en el remate de las paredes creses grandes macizos hiervas  verdes.
 Fuente Sra. María Balza 116 años Mayo 2010

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